La mayor diferencia entre EEUU y el Perú

Me di cuenta de ella en el Green, el aeropuerto de Providence: junto a mí había un nutrido grupo de peruanos esperando que el dichoso avión con destino a Lima partiera. El piso en aquella sala de espera ya estaba cubierto con papelitos, cáscaras de fruta, envolturas de papitas fritas y basuras varias, pero bueno, es pura casualidad, me dije. Sin embargo, el grito y desmanes de un niño haciendo cagada y media, me transportaron inmediatamente al añorado terruño: durante los casi cuatro años viviendo en Estados Unidos, jamás vi un niño gringo portándose así, gritando, pataleando, haciendo escándalo y la mamá rogándole al monstruo que termine de una maldita vez la rabieta. Esa, mis amigos, es la mayor diferencia entre el gigante del norte y mi querido Perú.