Sunday, May 17, 2009

Burning down the house


Me encontraba durmiendo plácidamente luego de haber trabajado toda la noche, soñando con alguna huachafería sin sentido cortesía de mi inquieto subconsciente, cuando mi puerta fue abierta violenta y ruidosamente, despertándome en el acto y obligándome a gritar como alguna inteligente fan de los hermanos Jonas en concierto. Ante mí se encontraba mi compañero de casa y viejo (sin alusiones personales) amigo Julio, ataviado con su inefable bata rosada de baño, con el rostro desencajado por el pánico, despeinado y gritando:
"se quema la casa!"
Traté de no hacerle saber de mi enojo por asustarme de muerte e interrumpir mi bien merecido descanso tras laborar toda la noche, escogí bien las palabras y le dije en tono conciliador y sosegado:
"qué chucha quieres decir con que se quema la casa? qué carajo has hecho ahora?"
Julio me explicó que la luz del espejo del baño se estaba incendiando. Me levanté a observar el desastre, y éste consistía en un interruptor humeante y olor a plástico quemado en todo el baño. Le pedí a Julio que fuera a bajar la general (mientras él me preguntaba si debía llamar al 911), cosa que hizo rápidamente, bajando al piso inferior para reventar la puerta del vecino a golpazos (siempre en batita rosada), mientras yo trataba de girar el condenado interruptor (lo cual me generó un buen par de ampollas en mis hermosos dedos). Como la cosa empezaba a llamear, busqué mis tijeras con mango de plástico y corté los dos cables que unían el interruptor con los focos, acabando con el problema, más por las ganas de volver a la cama que por el temor a morir quemado. Julio volvió a aparecer (con la batita rosada siempre), solo para ser enviado de vuelta a molestar al pobre vecino y devolver la energía al departamento (valga aclarar que la luz del baño no se fue nunca).
El buen Julio quedó mirando las tijeras y los cables cortados, con una expresión insondable en el rostro. Mi hermana (quien estaba aún más molesta por ver su sueño de 12 horas diarias turbado de esa manera), comentó distraídamente: "por eso el dueño quiere vender esta casa, está muy vieja"
Antes de volver a mi cama, respirando humo y olor a plástico incinerado, dije con toda sinceridad:
"entonces hay que vender a Julio"

2 Comments:

Blogger Textualmente activa said...

manyaaa, ni yo tengo batita rosada!

3:16 PM  
Blogger repartidor de muerte said...

jajajaja las contradicciones del sistema

9:59 AM  

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