The time to kill is NOW!

Cannibal Corpse, finalmente, sin Chris Barnes, ni Jack Owen, pero qué mela, Cannibal Corpse al fin y al cabo. El lugar, el Lupo's de Providence, que cada día, por desgracia, se parece más a NY. Abrió una banda aburrida que ni siquiera me molesto en nombrar (todas estas banditas neo death metal suenan idénticas, no llega a ser death metal esa voz aguda y gritona. El cd que empezó este estilo fue ése de At the gates, Slaughter of the Soul, pero qué joda, qué manera de copiar el maldito álbum). Ni un cover de Testament (Into the pit) les salvó la noche, mala versión y el vocalista no le llegaba a los talones a Chuck Billy. Luego vino Goatwhore, que hicieron un trabajo muy decente. Black metal con mucha influencia de Celtic Frost, simpático.The Red Chord continuó esta destrucción sónica, otra bandita neo grind death (los mismos gritos agudos y esos saltitos que no llegan a ser mosh, típicos del felizmente extinto nu metal, que me dan mala espina). Algunos riffs interesantes y ciertas partes doom, pero nada más. Luego vi por enésima vez (están en todas) a The Black Dahlia Murder. Una banda cumplidora, pero debo decir que me aburrieron grandemente (sí, neo death otra vez). Y bueno, al fin, luego casi 15 años de espera, apareció Corpsegrinder y los demás engendros infernales del Cadáver Caníbal. Mosh real y verdadero, auténticos gruñidos infernales, real, obsceno y ofensivo death fucking metal!!! El pogo? terriblemente violento, considerando que los gringos son mucho más altos y pesados que el peruano promedio, fue una completa matanza. Through the eyes of the dead, The wretched spawn, Put them to death, Fucked with a knife, Vomit the soul... lo más mórbido y sádico de toda la historia del metal en una hora de absoluta insanidad! Puntos álgidos de esta velada de oprobio: como siempre, nuevos metaleros de verdad, chiquillos de 13 o 14 años con el cabello larguísimo y con con polos de Death, Iron Maiden, Destruction... bangers pequeñas y grandes, todas preciosas (le tomé foto a una, jijiji), y bueno, pese a la diferencia y variedad de subgéneros, de estilos, de matices, todos gritando, haciendo cuernitos con las manos y sabiendo que el metal es uno solo, y que jamás morirá.